lunes, 16 de enero de 2012


Con respecto al poema de Beatriz, quiero dejar mi interpretación del mismo, sin adentrarme en escuelas, análisis estilísticos, ni corrientes poéticas del momento. Creo que el mejor comentario acerca de un trabajo, es el que alude a aquello que nos hace sentir, y que queda vibrando en nosotros.


Con un lenguaje que se desdobla en cada verso, la poeta se cuestiona los equívocos de caminos recorridos en la credulidad azotada por el engaño. Cada expresión viene con sorprendidas lágrimas, y como el sándalo, devuelve su perfume ahí donde lo hieren. Todavía hay mucho para dar, y es que el amor puede ser interminable aún donde fue traicionado.
Los símbolos utilizados hablan desde su costado vital, con su contenido irrefutable. Túneles y puentes cumplen un camino de ida y vuelta, donde la mentira es derrotada. La vemos llegar con su mochila vacía, porque no pudo vivir la intensidad de la verdad, y por lo tanto, es la mentira quien pierde. ¡No sabe lo que se perdió!  Sólo la verdad tiene la fortuna de saberlo.
La pregunta final ya fue respondida a lo largo del poema.  



A VER SI SE ANIMAN CON ÉSTO.



A los que quieran acompañarme, les propongo meternos a investigar un poco sobre el recurso de las imágenes y símbolos en la poesía, leer algunos poemas famosos, ver alguno nuestro y descubrir si hemos utilizado estos recursos, y animarnos con un trabajo nuevo con intención de enriquecerlo con lo aprendido. Algunos poemas herméticos que escribimos, suelen ser un caudal tanto de imágenes como de símbolos. De paso veríamos qué lleva al poeta a ser hermético a veces.


Para este primer paso propongo analizar un poema de Oliverio Girondo que es todo imágenes y símbolos.


Cuando comenzamos su lectura, pensamos que le habla a una mujer. Mas abajo notamos que estamos equivocados... Finalmente nos preguntamos qué nos dice. Yo llegué a una conclusión, me gustaría conocer la de ustedes. No olvidar que la poesía es polivalente, es decir que se refleja en nuestra percepción de diferente manera, según las emociones que nos despierte. No obstante en este poema hay una conclusión final, que está muy clara, aunque lo dice utlizando sutiles recursos poéticos.

NOCTURNO


A tu sereno y mágico desnudo
y suave azul lunar
Lacios cabellos
De tan húmedo aliento
Y fácil sueño,
Como la voz que enciende esa ventana
Y aquella luz que calla
Tras tanta suelta sombra de alta fiebre
Quiero, noche, mezclar,
-aunque me duela-,
En un solo y unánime latido,
Este insomne rumor
De árbol de venas
Que nutre la impaciencia de mis grillos,
Hasta que mi penumbra se estremezca
Ante el cielo lunar de tu desnudo
Y en soledad
Recline la cabeza
Al sentir que tu pulso
Es ya tan mío.

                    Oliverio Girondo




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MI APORTE DE HOY

EL TOLDO METÁLICO Y LA ESTRELLA

Entre dos planchas de aluminio, esa única estrella
sabe que la miro.
Me pregunto si ella me ve o si sólo percibe
ese rayo que parte de este mentido quieto mundo
hasta el movimiento de colibrí que la rodea.

¿Qué parte de mí, siente la distancia
entre ella y mi noche?

¿Tendrá ella su amanecer sin muerte,
su despunte de sol sin el rubor violado
de un horizonte al alcance de los dedos
que retrocede cuando avanzo?
¿Vibrará bajo el mediodía lo vertical del sol
o le lloverá la nube y le apagará el reflejo?

Entre sus piedras algo titila:
Es ella que me mira y grita
que dejen de matarse, que no quiero ver
que cosa oscura pasa en ese mundo,
para qué las flores si las queman,
o los ríos para morir de sed,
y esos hombres...
que no los quiero ver quebrados,
no soporto ver su gesto agónico.
Ya no me mires, mujer, desde la tierra,
olvida mi deslumbre y regresa
a tus dos planchas de aluminio,
a tu cápsula de savia y sangre.
Vuelve al croar de tu pantalla
y olvida el toldo.
 

Una nube se cruza y la estrella
se tapa los ojos y calla.
Entre ella y mi noche
algo de mí se cierra.
                                          O.A. 


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